«Poco a poco te fuiste sumiendo en un lugar muy oscuro, un pozo sin fondo, una existencia vacía. Ahogándote en un mundo de niebla, como un fantasma incapaz de reconocer a la persona alegre y feliz que fue algún día.
Tu corazón se quiebra, tu mente paralizada explota, lanzando al aire terribles pensamientos que te acechan en esa habitación sin luz, ni ventanas, ni salida.
Prisionera y carcelera en un mismo cuerpo inerte. Sientes el tira y afloja de la vida, en lucha constante por realizar la tarea más nimia del día a día.
«Cada vez más pequeña, más insignificante, abatida e insensible a la vida. Dormida en tu interior. Como si una fuerza todopoderosa te hubiese arrebatado todo lo bueno en ti había.
El silencio más absoluto, la soledad más aterradora. Mientras ahí fuera el mundo gira y la gente sí respira, tranquila. Nadie te oye, nadie te ve, nadie entiende en tsunami que te devora lentamente.
Sólo alcanzas a sonreír sin ganas, como una actriz interpretando el papel de su propia vida. No hay motivos, no hay futuro, no hay salida…
Solo dormir alivia ese profundo dolor que no comprendes, soñando con no despertar cada día. Y así huir, al fin, de ese miserable luto por la pérdida de alguien a quien sí pudiste amar en otra vida: a ti misma».
- Sara Jáuregui
Estado del ánimo
«Poco a poco te fuiste sumiendo en un lugar muy oscuro, un pozo sin fondo, una existencia vacía. Ahogándote en un mundo de niebla, como un fantasma incapaz de reconocer a la persona alegre y feliz que fue algún día.
Tu corazón se quiebra, tu mente paralizada explota, lanzando al aire terribles pensamientos que te acechan en esa habitación sin luz, ni ventanas, ni salida.
Prisionera y carcelera en un mismo cuerpo inerte. Sientes el tira y afloja de la vida, en lucha constante por realizar la tarea más nimia del día a día.
«Cada vez más pequeña, más insignificante, abatida e insensible a la vida. Dormida en tu interior. Como si una fuerza todopoderosa te hubiese arrebatado todo lo bueno en ti había.
El silencio más absoluto, la soledad más aterradora. Mientras ahí fuera el mundo gira y la gente sí respira, tranquila. Nadie te oye, nadie te ve, nadie entiende en tsunami que te devora lentamente.
Sólo alcanzas a sonreír sin ganas, como una actriz interpretando el papel de su propia vida. No hay motivos, no hay futuro, no hay salida…
Solo dormir alivia ese profundo dolor que no comprendes, soñando con no despertar cada día. Y así huir, al fin, de ese miserable luto por la pérdida de alguien a quien sí pudiste amar en otra vida: a ti misma».
- Sara Jáuregui
¿TRISTEZA O DEPRESIÓN?
¿Lo que siento es tristeza o depresión?
Confusiones habituales
Es habitual la tendencia a confundir estos dos tipos de experiencias. Sin embargo, mientras que la “tristeza” constituye una emoción básica y natural, la “depresión” es el término diagnóstico empleado desde la psiquiatría y la psicología para definir un problema (potencialmente grave) de salud mental.
El relato expuesto al inicio de esta página refleja cómo se suele sentir una persona con depresión (aunque cada caso es único y dependerá de sus circunstancias personales). Como puedes observar, el trastorno depresivo va mucho más allá de la tristeza, pues, aunque ésta suela estar presente (normalmente de forma más intensa), coexisten también gran variedad de síntomas relacionados.
¿Cuáles son los síntomas de la depresión?
Más allá de la tristeza
Actualmente la palabra «depresión» (como otras que describen problemas de salud mental, ej: «bipolar», «esquizofrenia»…) ha entrado a formar parte del léxico de la gran mayoría de personas del mundo occidental.
Sin embargo, a mi modo de ver, estos conceptos se suelen utilizar de forma frívola (incluso despectiva), lo que refleja un gran desconocimiento de lo que se esconden tras ellos.
Esto conlleva que las personas que atraviesan por estos desequilibrios emocionales se sientan muy incomprendidas, aumentando el estigma y el aislamiento social, lo que a su vez, empeora la resolución de esta condición clínica.
Veamos, pues, cuáles son los síntomas típicos de la depresión, para dejar de meter la pata o para solicitar ayuda si nos viésemos reflejados en ellos:
- Alteración del estado del ánimo: tristeza, vacío existencial, afectividad plana/ausente, apatía, abatimiento...
- Anhedonia : “nada me produce placer, no consigo disfrutar con nada, nada me interesa, no puedo sonreir y reir de forma natural...”)
- Indefensión: “no puedo hacer nada para cambiar esta situación... ”
- Desesperanza: “nunca voy a salir de este estado, siempre voy a estar así...”
- Percepción negativa acerca de uno mismo, del mundo y del futuro: “no valgo para nada, soy un desastre, es mi culpa, este mundo es horrible, nada tiene sentido, nunca podré ser feliz, no podré lograr hacer eso...”
- Síntomas cognitivos: incapacidad para tomar decisiones, indecisión, dudas, dificultades para prestar atención...
- Pensamientos negativos rumiativos: esto es, repetitivos, en forma de obsesiones que “no te puedes quitar de la cabeza”, normalmente relacionados con la visión negativa sobre uno mismo, el mundo y el futuro.
- Gran cansancio físico, fatiga y pérdida de energía: “no tengo fuerzas, no soy capaz, siento una losa encima de mí..."
- Insomnio o hipersomnia
- Aumento o disminución del apetito y/o peso
- Aislamiento social, consumo de sustancias
- Ideación suicida y/o intentos o planes suicidas
- Gran deterioro en las esferas laborales, sociales y en otras áreas importantes para la vida de la persona
¿Sólo debe tratarse la depresión?
No es depresión todo lo que "se le parece"
Existen diferentes alteraciones del estado del ánimo que pueden ser objeto de tratamiento psicológico y/o psiquiátrico.
Además, estas alteraciones pueden expresarse de diversas formas en cada persona e incluso en la misma persona en diferentes momentos de su trayectoria vital (tristeza, desmotivación, apatía, indiferencia afectiva, pérdida de energía e intereses, alteraciones del sueño y/o del apetito, consumo de sustancias…).
También son múltiples las causas y variables que pueden estar influyendo en estos desajustes emocionales.
Por tanto, no es necesario (ni recomendable, pues la situación podría empeorar y/o cronificarse) llegar a un estado depresivo para solicitar ayuda psicólogica.
Al contrario: lo más recomendable cuando llevamos tiempo sintiendo que «algo no encaja» y que no conseguimos resolver por nosotros/as mismos/as es consultar con un profesional cualificado para que valore la situación y la necesidad de someterse a un tratamiento psicológico y/o farmacológico o no.
«Cuando ya no podemos cambiar una situación, tenemos el desafío de cambiarnos a nosotros mismos».
VICTOR FRANKL (1905 - 1997). Neurólogo, psiquiatra y filósofo austríaco. Superviviente de campos de concentración nazi (Auschwiz y Dachau) durante cuatro años.
¿Se pueden solucionar las alteraciones del estado del ánimo?
Certeza absoluta vs. probabilidad
Siempre me gusta dejar claro que desde la terapia psicológica no se pueden asegurar soluciones, mejorías o consecución de objetivos de forma absoluta.
Esto va a depender de múltiples factores: complejidad del caso, tiempo transcurrido sin tratamiento, variables personales y sociales asociadas, implicación con el tratamiento, relación establecida entre terapeuta y paciente, pericia y adecuación de las prácticas empleadas por el/la profesional…
Sin embargo, sí podemos afirmar que cuando nos sometemos a tratamientos psicológicos basados en evidencia científica (su eficacia ha sido investigada) las probabilidades de conseguir cambios en cualquiera de sus formas (soluciones, mejorías…) aumentan significativamente en comparación con no someterse a estos tratamientos.
En cualquier caso, la terapia psicológica supone un proceso único e irrepetible (como las propias personas) donde la generalización es una cuestión controvertida. Será labor del profesional competente responder de forma aproximada a esta pregunta, tras una valoración previa.
¿Cómo puede ayudarme la psicoterapia?
Proceso Terapéutico & Método de Trabajo
No tendría mucho sentido comenzar contándote cuáles son las terapias y modelos que yo utilizo cuando, es muy probable, que no conozcas nada (o casi nada) sobre ninguno de ellos.
Las personas y sus conductas, así como las variables sociales que nos rodean, son fenómenos complejos de estudiar. Por ello, existen múltiples escuelas psicológicas y modelos psicoterapéuticos para entender y atender a dicha complejidad.
Como sería prácticamente inabarcable explicarte cada una de estas escuelas y modelos (puedes consultarlos navegando por internet), prefiero resumirte tres aspectos, bajo mi punto de vista, más útiles:
- Qué tienen en común los diferentes modelos psicoterapéuticos
- Cuál es el factor decisivo a la hora de elegir una terapia
- Cuáles son los modelos y terapias que yo utilizo